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Aprendí que si no voy a lavar por lo menos debo prestar la batea.
Aprendí que debo tratar honestamente, por todos los medios posibles, ser la solución y no el problema.
Aprendí que si no puedo con la carga o no puedo hacer algo busco estrategias innovadoras o busco otros medios y herramientas para intentar poder cumplir con mis responsabilidades u obligaciones... si continúo con el problema pido ayuda; pero si aun así, después de haber intentado varias cosas, sigo sin poder cumplir con el objetivo; entonces, con mucha humildad, me aparto y permito que otro lo haga para aprender de esa experiencia y así, con seguridad, podré lograrlo mas adelante. Nunca me doy por vencido sólo aprendo para poder lograr coronar con los laureles del éxito mis metas.
Aprendí que vine al mundo para amar, para servir, para dar y aportar y para ser inmensamente feliz.
Pido a Dios Padre Todopoderoso, Único Supremo y Eterno, que aparte de mi la soberbia, me aleje de los pecados capitales y toda acción perniciosa, me libere del egocentrismo y consolide en mi la humildad de los hombres de fe, me colme con los dones de su Espíritu, me de salud y sabiduría, inteligencia, amor y paz y aumente en mi la fe y la esperanza para que el optimismo siempre me acompañe y pueda poner mis conocimientos y canalizar mis acciones (pensamientos, palabras y obras) al servicio de su Gloria y de mi prójimo. Amén.
Autor: MILANO R. Marcos E.
Publicado el viernes 24 de marzo de 2017.
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