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miércoles, 7 de septiembre de 2016

ASÍ ES LA MUJER QUE AMO



Son muchas las actitudes que admiro de mi esposa, ella es consecuente con sus pensamientos, palabras y obras. Es una mujer estable emocionalmente; brillante y muy inteligente. Es reservada, observadora y analítica. Tiene una forma peculiar de resolver los problemas la cual consiste en minimizar los daños y suavizar las consecuencias. En el laberinto de las dificultades siempre encuentra una salida. No es evasiva, es valiente, sincera y algunas veces hasta frontal. La primera impresión que da al conocerla es que es de carácter fuerte y lo es, pero la verdad es que su humildad y mansedumbre fluye a medida que la tratan.

Cuando entrega su confianza y le da su amistad a alguien entonces confía abiertamente y es amiga incondicional de esa persona. Si creé en algo o en alguien lo defiende con entusiasmo. No tiene problema en reconocer sus errores si se le demuestra que está equivocada. Si algo le desagrada lo rechaza y si adversa ciertas ideas lo hace sin reparos pero con mucho respeto. 

Muy tolerante, casi siempre aguanta mas de lo que un ser normal pudiera aguantar. Sabe amar y perdonar. Le encanta ayudar, es caritativa, servicial y bondadosa, es una excelente persona y muy buena profesional. Cuando la hacen molestar, cosa que no es tan fácil, entonces su actitud cambia radicalmente, lo mejor de todo es que no es rencorosa aunque reconozco que dependiendo del agravio entonces su reacción a partir de ese momento determinará el futuro de la relación.

Esposa fiel que me ama con abnegación. Es apasionada, atenta, cariñosa y con frecuencia riega con gotas de ternura el amor que nos profesamos. Es bastante ocurrente, siempre me hace reír... disfruto mucho estar a su lado. Me conoce mas de lo que yo mismo pueda conocerme. 

Madre ejemplar, cariñosa y protectora... también ama a nuestros hijos y a la nieta con abnegación, ella se entrega por completo es por eso que nosotros, su familia, le retribuimos con creces lo que ella nos da. En nuestro núcleo familiar existe, afortunadamente, la reciprocidad de valores.

Nuestra relación está cimentada en los mas sublimes principios espirituales. Hemos consagrado al Todopoderoso nuestras vidas y nuestra familia. Todo agradecimiento, alabanza y gloria la damos al Sagrado e Inmaculado nombre de Dios. 

Dios nos unió mas allá de lo material, de lo físico, mensurable o tangible... nuestro amor es bendito y trascendente por lo que nada ni nadie podrá separarnos... lo que Dios une espiritualmente es indisoluble por los siglos de los siglos. Amén.

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