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De
nuevo, Navidad… Una vez más el mundo se apresta a recibir al Niño
Dios para entregarle su fervor, sus esperanzas, para redimir sus
conductas, buenas o menos buenas, para ofrecer y recibir parabienes,
deseos de amistad, renovar las hermandades, los lazos familiares y
proseguir en la ruta de la vida que nos lleva recogiendo el polvo del
camino, oteando el horizonte , buscando un futuro que parece estar
allí y luego se hace esquivo, pero que , paradojas de la vida, es el
mismo presente que vamos cumpliendo de manera inexorable. Tiempo de
reflexión, sí; tiempo para el perdón, también; momento para el
repaso de las lecciones no aprendidas, de los pasos no cumplidos, de
las promesas rotas, hechas añicos como frágil cristal. Instante de
devoción que nos remueve interiormente por la búsqueda incesante de
lo que somos o queremos ser, pero época en la cual fluye de nuestros
corazones lo mejor que podemos dar y ser. Condiciones adversas nos
rodean, la tristeza quiere hacer su nido, el dolor busca acomodo, la
desesperanza quiere tender sus grises telarañas, sin embargo en cada
uno de nosotros está la luz única que dará los destellos
necesarios para alumbrar un porvenir radiante, pleno, cincelado de
alegrías y rebosante de sonrisas espléndidas. El tiempo nuevo ha de
venir. Así como el Niño de Belén regresa con su carga amorosa, así
nuestras vidas se llenarán de paz, armonía y felicidad. Amigos
todos, familiares, ¡FELIZ NAVIDAD..! la mejor con lo mejor, que
somos nosotros mismos, nuestra gente, nuestra patria.
Autor:
CALDERON A. Manuel F
Publicado:
sábado 24 de diciembre de 2016.
Autorizada
su publicación.
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