El banco de La Estancia

En la quietud de La Estancia, recuerdo desde la distancia lo feliz que fuimos en ese sitio sagrado.

El Banco Vacío. La Estancia, Caracas.
Fotografía propiedad de @marcosmilano71

Bajo la sombra de un árbol frondoso,
escuchando el canto afinado de las aves,
observo el banco vacío que una vez fue testigo
silencioso de nuestras sagradas confesiones.

Al verlo desolado, triste... frío,
rememoro los hermosos momentos
que nos albergó, cual madre en su regazo.

Hoy, me embarga la nostalgia
al no poder darte un abrazo,
al no poder estrechar tus manos ni un instante,
al no poder darle calor al banco de La Estancia,
porque estamos injustamente separados por la distancia.

Sin embargo, amada mía,
estoy feliz porque sigo escuchando el trinar de los pájaros,
recordándome que seguimos siendo amantes
y que muy pronto volveremos a estar juntos,
sentados confesándonos, amándonos,
llenándolo de vida, de existencia humana
y ya no volverá a estar solo tanto tiempo.

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