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domingo, 5 de julio de 2020

¡MI MA MA ME MI MA! Anécdota.

GRACIAS A DIOS, NI MIS HIJOS, NI MIS NIETOS CONOCIERON EL TERRIBLE "MÉTODO DE LA CORREA CULTA"


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Mi amada y hermosa nieta Melanie aprendiendo a leer y a escribir en sus clases OnLine.
Fotografia @marcosmilano71
     Mi mamá, cuando me estaba enseñando a leer, perdía con facilidad la paciencia, empezaba a cambiar el tono de voz, afincaba el dedo en el silabario, fruncía el ceño, me veía con ojos saltones y vidriosos, su cara se transformaba, su cuerpo iracundo se estremecía. Cada vez que mi mamá trataba de enseñarme la lección, sufría una especie de metamorfosis y se convertía en una madre, gritona. De amorosa, cariñosa y consentidora pasaba a ser una madre histérica.
     Un día, de acalorada lección, nos visitó el hermano mayor y único hermano varón de mi mamá, mi segundo padre, mi tío Rafael Rangel, quién al ver el exaspero de mi madre, le recomendó un método infalible para que yo aprendiera la lección, método que aplicó su abuelo cuando lo enseñó a leer, el método no era otra cosa que correazo por cada letra, sílaba o frase dicha incorrectamente, mi mamá, disciplinada y obediente (porque antes se obedecía a los hermanos mayores, hasta la bendición se les pedía) no dudó ni un instante y comenzó a aplicar el fulano método... creo que en ese momento odié a mi tío.     

Cada vez que yo veía el silabario, un libro, periódico, revista o cualquier cosa que tuviera letras lo acusaba con Dios siendo que las letras eran las causantes de mis "pesadillas". Cuando llegaba la hora de practicar la lección mi frágil cuerpo de niño adoptaba la postura de los santos de la Edad Media, dispuesto a soportar la flagelación. Mi mi madre, con la correa en su cuello, semejante a una estola sacerdotal, me veía con su mirada escalofriante y poco a poco iba abriendo las puertas del infierno, ¡perdón!, del silabario, el cual dejaba al descubierto las letras que, me acechaban.
     En una oportunidad, cuando la macabra escena estaba a punto de repetirse ¡SÚBITO! Pude pronunciar correctamente la lección. ¡qué alegría vi la luz sin encandilarme!, reí, lloré, celebré, no sé si por el hecho de haber aprendido a leer o por haberme liberado del martirio... lo cierto es que mi madre me estrechó entre sus brazos amorosos, me besó, dio gracias al Creador Universal, y cuando volvió mi amado tío a visitarnos le dio las gracias porque una vez más había funcionado EL MÉTODO DE LA CORREA CULTA.
     Lo cierto fue que ocurrió un milagro, aprendí a leer y desde ese momento leía todas las vallas publicitarias, anuncios, pancartas, titulares de periódicos, revistas, carteles, las carátulas de discos, las cajas de los cereales... y todo cuanto tuviera letras, me convertí en una especie de niño lector compulsivo.

Fin de la Anécdota

REFLEXIÓN
     En una oportunidad, conversando con una buena amiga, le comente mi experiencia antes de aprender a leer. Luego de un rato y después de una breve reflexión sobre ese hecho le pregunté:
¿Por qué si mi experiencia fue tan traumática, hoy me gusta leer y escribir?
     Ella, con mucha sabiduría me respondió: “en la primera fase de tu vida, tu madre te leía, y eso marcó la personalidad que hoy tienes, porque esa primera lectura tenía el olor de tu mamá, el calor de su cuerpo, lo angelical de su voz, la protección en las noches cuando lentamente te ibas quedando dormido, su cuerpo junto al tuyo, el beso tierno y la bendición; porque, según lo que me contaste, inicialmente, TU MAMÁ CONVIRTIÓ LA LECTURA EN UN ACTO DE AMOR, por eso te gusta leer y escribir”
     Ciertamente yo le conté a mi amiga los gratos recuerdos de mi niñez antes de enfrentarme a la lectura, mi mamá me leía mucho, me contaba cuentos, jugaba conmigo, me consentía, era muy cariñosa:
Recuerdo a mi madre leyéndome cuentos antes de quedarme dormido, ella leía muy bien, cada palabra, cada frase llegaba a mis oídos como un afinado coro de Ángeles, en esa época, sin saberlo, viajaba con mi pensamiento a la Grecia antigua escuchando a los mejores oradores, mi mente ordenaba cada escena narrada y mi imaginación daba vida al relato.
     Definitivamente mi madre fue mi primera profesora de literatura, de historia y geografía, de moral, de ciudadanía, de religión, de valores, de arte... gracias mamá... Gracias porque hoy soy lo que soy.
GRACIAS A DIOS, NI MIS HIJOS, NI MIS NIETOS CONOCIERON EL TERRIBLE
"MÉTODO DE LA CORREA CULTA" PARA APRENDER A LEER

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Mi amada y hermosa nieta Melanie poniendo en practica su escritura, ayudada con amor por sus padres.
Fotografia @marcosmilano71
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