IMAGEN TOMADA DE Aquí |
Un señor vivía feliz y tranquilo en su pequeña casita del bosque. Tenía algunas aves de corral, un terrenito donde sembraba maíz y un arroyo que le proveía el agua que necesitaba.
No muy lejos estaba un castillo. En una colina. Era hermoso, tan hermoso que brillaba y en las noches, su alta torre hacía un exquisito contraste con la Luna y las estrellas.
El señor se había criado viendo ese castillo. Siendo un niño se sentaba en una roca a verlo, a admirarlo. La sola presencia del castillo era para él como un bálsamo, la imponente y hermosa edificación le daba esperanzas, ilusiones. Era como su motivo para vivir. El castillo le decía que el futuro siempre sería bueno...
Pero un día, movido por la curiosidad, quiso saber que había dentro del castillo (nunca había entrado allí)... fue hacia allá y las puertas estaban cerradas y eso hizo que con más razón quisiera entrar.
Con mucho dolor y con mucho trabajo y esfuerzo se dio a la tarea de ir abriendo un boquete. Digo dolor porque el castillo era tan hermoso que daba lástima siquiera hacer una rayita con un lápiz en sus paredes. Pero más pudieron sus ganas de saber qué había dentro...
Duró varios meses, dándole y dándole con un martillo y un cincel, hasta que abrió un pequeño hoyo y logró entrar.
Estaba oscuro y entonces fue a su casa, se trajo una antorcha y volvió a entrar... La luz de la antorcha iluminó todo, incluso, iluminó más de lo que debía iluminar... y su corazón se puso chiquito y se le hizo un nudo en la garganta...
No había nada, absolutamente nada, Sólo oscuridad... El castillo estaba totalmente vacío. Era el vacío del vacío, algo peor que la nada.
Esa soledad golpeaba el alma... El interior del castillo estaba tan desolado que sentías que perdías toda esperanza o ilusión...
El campesino, durante toda su vida, había amado, había admirado un enorme cascarón vacío... Hermoso por fuera, es verdad, pero vacío por dentro y por eso era horrible del mundo, porque no hay nada más feo que una cubierta bonita pero vacía por dentro...
Nadie supo más del campesino. Dicen que se fue lejos, muy lejos y que pasaron años para que a sus ojos volviera el brillo que sólo da la esperanza.
Mientras tanto, en el castillo, como ya había sido abierto un boquete, la gente comenzó a entrar... y cuando salían ya no eran los mismos.
Pasaron muchos años. Unos exploradores llegaron y encontraron las ruinas del castillo. Alguien dijo: "Este castillo se ve que fue muy bien construido, ¿por qué se caería?".
Ellos no supieron nunca la respuesta, pero yo si.
"Porque estaba vacío".
¿Cómo lo sé?
Yo estuve dentro de ese castillo.
Autor: César E. Martínez Vaamonde
Autorizada su publicación.
Publicado: Lunes 03 de octubre de 2016
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