Pareciera que a mucha gente que no se baña, les pasa con el agua lo mismo que les ocurre a los poseídos cuando los rocían con agua bendita.
Presumo que por negligencia, desinversión, corrupción, falta de personal calificado o de recursos; por maldad, o por las razones que sean, Hidrocapital no ha resuelto o no ha querido resolver, el gravísimo problema de distribución de agua potable a la población, violando así uno de nuestros más elementales Derechos Humanos.
La falta de agua potable en la mayoría de los hogares venezolanos, es grave, muy grave... pero más grave e inconcebible es el hecho que muchas personas no se bañan, aun teniendo agua. Qué desagradable es estar cerca de una persona “dura de bañar.”
La falta de higiene en algunos individuos, es un mal de salud pública, que pareciera estar masificándose. Cada día se ven más personas mostrándose desaseadas. Ciertamente que en Venezuela la situación se agudiza por diversas razones: la pauperización de la Nación venezolana, la hiperinflación, el alto costo de la vida, el deterioro de los servicio públicos y la decadencia de la calidad de vida en general; son razones que sin dudas, afectan a la población, especialmente a los más vulnerables. Sin embargo; todos sabemos que el aseo es una cuestión personalísima, que depende de cada quien; a menos que esa persona tenga una situación de discapacidad física, que tenga necesariamente que depender de otros, o que las razones de su falta de pulcritud sean mentales, psicológicas, psiquiátricas, que viva en la indigencia... entre otras.
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Pareciera que a mucha gente que no se baña, les pasa con el agua lo mismo que le ocurre a los poseídos cuando los rocían con agua bendita; se queman o sienten laceraciones en sus cuerpos. Otros le huyen como el mito que rodea a los felinos... menos mal que cuando se mojan con la lluvia no les ocurre los mismo que a los Gremlins.
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