Vivir hoy, en la Venezuela “socialista,” se hace cada día más complicado; la razón principal de la sobrevivencia es el modelo político y económico retrógrado y de dominación que se impone en el País.
Nefasto y anacrónico modelo, que ha traído como consecuencias la pauperización de toda la Nación, la decadencia de los servicios públicos y el deterioro de la calidad de vida de la mayoría de los habitantes de este territorio sagrado, otrora ejemplo de gestas libertarias.
Sin embargo; los que se hacen llamar socialista, le echan la culpa de todos los males que está sufriendo el pueblo "soberano” al imperio, a las sanciones, al bloqueo, a la oposición apátrida, a los pelucones, a los quinta columnas, a los escuálidos, a los pitiyanquis, a la derecha maltrecha, a los medios de comunicación de la derecha entreguista, a la rancia oligarquía apátrida, a la iguana, a los ataques terroristas, a los ataques electromagnéticos, al covid19, a los gobiernos extranjeros, a los venezolanos que desean regresar a su País por las trochas y que son unos bioterroristas malucos… en fin, todo cuanto viva dentro o fuera del planeta, que no comulgue con el llamado socialismo del siglo XXI, es el culpable de cuanta plaga apocalíptica llegue a Venezuela. Ellos, los que se hacen llamar socialistas, hijos y herederos del legado del “comandante eterno,” no son culpable de nada. Ellos, cual blanca e inocente paloma, plenos de la más excelsa ética e inmaculada moral bolivariana, antiimperialista, revolucionaria y profundamente chavista, son las víctimas de los más despiadados ataques en contra de la patria de Bolívar y Chávez.
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Los que se hacen llamar "opositores" no se quedan atrás a la hora de culpar, ellos tampoco aceptan que han sido, en menor o mayor grado, culpables o cómplices de situaciones que afectan seriamente a la población; pero mientras la culpa va y viene, los que literalmente "pagamos los platos rotos” somos los ciudadanos; venezolanos y extranjeros que sobrevivimos dentro de la geografía nacional y los que por diversas razones han tenido que emigrar a otras tierras.
Por ahora, a la población indefensa no le queda otra salida sino confiar en Dios y tratar de sobrevivir, mientras la comunidad internacional sigue allá lejos, viendo "los toros desde las gradas", esperando la estocada final.
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Los que sobrevivimos en Venezuela tenemos dos frases para pronuncia:
¡Sálvese quien pueda!
o
¡Que Dios nos agarre confesados!
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Autor:@marcosmilano71
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