Desde lo alto aproveché para meditar sobre lo vulnerables que somos, lo humilde que debemos ser y lo grande que es Dios.
Desde las alturas. Fotografía de mi propiedad
Mi esposa y yo volando juntos por primera vez.
Fotografía de mi propiedad
No sufro de Acrofobia pero no me siento cómodo en las alturas, a veces me da sensación de vértigo por lo que evito estar en lugares muy elevados. Sin embargo, pude vivir la experiencia de viajar en un avión (ida y vuelta) desde el Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar hasta el Aeropuerto Internacional del Caribe Santiago Mariño en la Isla de Margarita. Aunque el vuelo dura solo 35 minutos la sensación de ansiedad no me dejó tranquilo hasta que aterrizamos. Lo maravilloso de todo esto fue que viajé al lado de mi esposa, mi hermana y mi cuñado, quienes por cierto, fueron quienes nos invitaron y cubrieron con todos los gastos en unas vacaciones inéditas e inolvidables.
Hoy, ha pasado un año de aquella experiencia y en este preciso momento, en medio de mi confinamiento, estoy rememorando y dándole gracias a Dios por esa bonita oportunidad que me dio y desde la distancia, agradeciéndole en mi pensamiento a mi cuñado y a mi hermana el regalo vacacional que nos dieron a mi esposa y a mí.
Desde lo alto aproveché para meditar sobre lo vulnerables que somos, lo humilde que debemos ser y lo grande que es Dios.
NOTA: fue la primera y hasta ahora la única vez que viajé en un avión.
Autor:@marcosmilano71
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