REGLA DE ORO
"Tratar a los demás como deseas ser tratado"
"Tratar a los demás como deseas ser tratado"
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La persona educada no pasa de moda
En la actualidad existen tendencia que van en contra de principios y valores establecidos, que han regido la convivencia entre los seres humanos desde épocas remotas. Corrientes que, en algunos casos, son contrarias a la moral y a las buenas costumbres, reñidas con el civismo, la urbanidad, la armonía, la estética, los principios, las manifestaciones religiosas y hasta con la legalidad, atentando seriamente en contra de la gente, las instituciones, el patrimonios y hasta en contra de los mismos que defienden a estos grupos; comportamientos primitivos que afectan seriamente la tranquilidad, la paz y la estabilidad emocional de la mayoría. El irrespeto, la intolerancia, la soberbia, lo soez; entre otros males, no deben prevalecer en las sociedades civilizadas.
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Las damas, por ejemplo, no deben renunciar a la cordialidad de un caballero, argumentando igualdad de género y cuantas tendencias existan, nada debe minimizar la cortesía en las personas, ni se debe ridiculizar el trato afable. Un hombre circunspecto no debe ser mal visto en nuestra sociedad. Un caballero tampoco debe renunciar a la galantería natural, al decoro, ni a la decencia.
La dignidad es un valor intrínseco en los seres humano, dentro de las normas del tacto social existen hermosos gestos de cortesía que ayudan a la convivencia humana; en algunos casos, el decoro que acompaña a una persona dice bastante de la educación que ha recibido; educación que no necesariamente debió haber sido académica, sino más bien hogareña. En el seno de una familia educada dentro de los principios que elevan el espíritu, prevalecen el amor a Dios y al prójimo; además, el respeto a la naturaleza y a la dignidad humana como cimiento o columna principal de ese hogar.
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Es importante recordar que el trato cordial hacia los demás es un valor humano que no tiene precio, una persona educada no pasará de moda jamás. Un proceder afable no es señal de debilidad, un hombre no deja de serlo porque sea amable y cortés; "lo cortés no quita lo valiente", si es una buena persona; además educado, respetuoso, decente... siempre tendrá hermosos gestos de cortesía, decoro y buenos modales hacia todas las personas, especialmente ante las damas, por lo tanto, merece consideración y mucho respeto.
Es digno de admiración un hombre que se conduzca con aplomo y caballerosidad en todo momento, la galantería masculina, siempre que sea de manera natural, auténtica, no fingida, ni rebuscada, es agradable y en muchos casos encantadora para las damas. De la misma manera, una mujer decente, que muestra buenos modales en su proceder se ve hermosa e interesante. Un buen ciudadano jamás renuncia a su honor, al civismo ni a la virtud.
Autor:@marcosmilano71
Los invito a visitar mi blog titulado: De los Principios y Valores que quedaron atrás.
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