EL VIEJO TOCADISCOS

parecido a este modelo tomado de internet

EL VIEJO PICK-UP

Autor: Marcos Elías Milano Rangel

Publicado: jueves 18 de agosto de 2016

A finales de la década de los 60 y durante los años 70 del siglo pasado, las fiestas en mi barrio tenían algo en común, un enorme pick-up o picó como se le llamaba a los antiguos tocadiscos, dos en uno porque tenía radio y plato giratorio con su brazo y aguja. Los hermanos Arcadio y Domingo eran los dueños de tan magistral y necesaria maravilla que ponía a bailar hasta los mas encopetados vecinos. Si nacía un niño había que festejar los “miaos”, cuando le echaban el agua, fiesta, al bautizarlo, celebración, en cada cumpleaños, rumba, al hacer la primera comunión, pachanga, si lo confirmaban, guateque, cuando una adolescente cumplía los quince años la celebración era por todo lo alto y los matrimonio ni hablar... durante esta evolución pachanguera, los hermanos Arcadio y Domingo jugaron un papel importante ya que eran los únicos y verdaderos dueños del aparato que ponía a mis vecinos a pulir hebillas... lo mas cómico que recuerdo era el hecho de trasladar aquel inmenso mueble musical a la casa donde había la celebración, menos mal que los hermanos siempre fueron y hasta ahora son altos y corpulentos, llevar a cuestas el picó era similar a un cortejo fúnebre, tambien recuerdo que le ponían una cajita de fosforo encima de la aguja como contrapeso para evitar que saltara y no perder la calidad del sonido, ahhhh y cuando un disco se pegaba “ese disco se rayó” jajajaja ¡qué tiempos aquellos!... De toda esta experiencia tomo un valor importante la

solidaridad de mi cuñado Domingo y de su hermano Arcadio que no sólo prestaban el tocadiscos sino que además lo trasladaban y suministraban los acetatos o LP de 78, 45 y hasta de 33 revoluciones por minuto, ahhh y muchas veces garantizaban su servicio de disc jockey o DJ, solo que en este caso no podían mezclar la música porque el tocadiscos tenía un plato. Con el tiempo fueron apareciendo otros Pick-Up hasta que llegó la modernidad, mi hermano Vicente Milano, compró un tres en uno, este equipo tenía radio, cassettera y el plato, las cornetas estaban separadas del equipo lo que permitía colocar una en cada esquina de la sala y hasta ponerla en alto, desde ese momento mi hermano pasó a ser tan importante en mi barrio como lo fueron sus antecesores, cada semana Vicente compraba discos de todo los géneros musicales para poder complacer peticiones en cada fiesta que gentilmente era invitado, tanto eran los discos que hubo que habilitar unas cestas plásticas para trasladar aquella colección discográfica, mi hermano se convirtió en poco tiempo en un melómano. Lo cierto es que de fiesta en fiesta fuimos muy felices. Socializábamos sanamente, nos divertíamos, compartíamos cada ritmo y época musical. Vivimos y bailamos intensamente la salsa, el merengue, los boleros, las guarachas, entre otros géneros y hasta la llamada música moderna... ahhhh y nunca se dejó a un lado nuestra música tradicional venezolana, ni la música ranchera, y mucho menos aquellos temas de despecho que se escuchaban con frecuencia.