“Ah, mi General, ¡nos han matado al perro!” A pocos pasos yacía Nevado atravesado por una lanza y con su largo pelaje tinto en roja sangre. Cuentan que una lágrima de dolor brilló en los ojos de Libertador
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En Venezuela existe una raza de perro que se presume original de la región andina, es un canino de la sierra nevada de Mérida , el perro de los páramos como también se le llama. Se trata de la raza mucuchíes, considerada la raza de perro oficial de Venezuela, algo así como la mascota nacional. Algunas de las características del animal son: Altura: entre 55 a 70 cm.; Peso: entre 30 a 50 kg. ; Tamaño: Miden entre 55 a 72 centímetros de largo.
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Es un perro fuerte, de gran tamaño, su abundante pelaje lo hace ver hermoso e imponente, es bueno para las labores del campo, excelente guardián, muy inteligente y fiel compañero. Tiende a ser muy cariñoso con los dueños pero también puede ser agresivo con los desconocidos. Aunque enérgico, suele ser tranquilo. Es un perro libre, le encantan los espacios abiertos, generalmente vive en zonas rurales, en el campo o en la montaña, no se recomienda tenerlo en zonas urbanas y mucho menos encerrado en un apartamento.
Nevado, el perro patriota.
Existe una historia muy interesante en torno a un perro de esta raza que data del 10 de junio de 1813. Cuando el Libertador Simón Bolívar estaba en plena campaña independentista, pasó con su ejército por los Andes venezolanos, estando cerca del pueblo de Mucuchíes , ciudad ubicada a 2.983 metros sobre el nivel del mar, en el Municipio Rangel del Estado Mérida, el libertador decidió pasar por la hacienda Monocoque, en la entrada de la misma, un perro lo enfrentó, impidiéndole el paso a él y a su tropa, algunos protagonistas del hecho dan fe del coraje del perro a la hora de defender la propiedad de su dueño. Ante el hecho el libertador quedó maravillado por la valentía y la hermosura del animal. Los ladridos del perro, alertaron al dueño quien salió a la entrada de la casa a calmarlo y a su vez a darle la bienvenida a Simón Bolívar y a sus soldados. ¡NEVADO! Dijo con voz fuerte Don Vicente Pino, el perro, al escuchar su nombre y la voz su dueño, se calmó y permitió la entrada del Libertador. Fue tanto la impresión que aquel canino le causó al prócer que decidió pedirle a Don Vicente Pino que le consiguiera un ejemplar, el dueño de la hacienda, antes de que el General se marchara, le obsequió al cachorro Nevado acompañado por un indígena llamado Tinjacá quien, se unió al ejército libertador a partir de ese momento, su misión fue siempre la de cuidar al perro hasta la muerte de ambos ocurrida en la Batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821.
Monumento al Perro Nevado, Mucuchíes Edo. Mérida
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